Ayer (viernes) se suponía que había quedado con Tules. Mi amiga Tules es de NYC, pero se pasa la vida viajando por trabajo, así que ahora mismo no tiene una ciudad en la que pueda decir que está su hogar (según me dijo Daniela). Vamos, ahora vive un poco como George Clooney en "Up in the Air" y un día está en Bangladesh y al día siguiente en Barcelona o en Estambul. El caso es que intenté llamarla, porque no habíamos concretado el plan. Sin respuesta. Pensé que tampoco pasaba nada, porque al fin y al cabo estaba reventada y un plan en casa me parecía buen plan. Me meto en Facebook y en "Últimas noticias" leo que... Tules acaba de aterrizar en L.A.! Así que nada, mi plan de viernes, cancelado definitivamente.
Al llegar a casa, vi que había pasado el "manitas" del edificio y había arreglado varias cosas, entre otras los baldosines del baño, que daban miedo. El "manitas" entra y sale con las llaves que tiene el portero. No me da mucha confianza este sistema, pero es lo que hay. En realidad no hay nada de mucho valor en la casa y supongo que valora más su trabajo que mis bolsos, pero aún así.
Hoy (sábado) por la mañana, después de una sesión de Skype, me he bajado a Bleecker y he estado dando un paseo por la zona. Luego he decidido entrar en un diner a tomar el brunch. Yo tenía ganas de encontrar típico sitio con encanto que tal cual vas por la calle y aciertas. Esa era mi intención cuando vi este sitio. Tenía pinta de típico diner americano y me acordé del diner al que nos llevó Roco en Chicago, que Pepe tomó los huevos Benedict que me tomo yo siempre aquí ahora. Pues bueno, NADA QUE VER. De potar (nunca se vio una crítica gastronómica más gráfica). Pues eso: a Hudson Diner me ahorraría ir nunca más.
He seguido mi paseo por Meatpacking. Me he metido en varias tiendas a echar un ojo. Y... me he comprado un auto-regalo. Estoy re encantada con mi bolso nuevo y ha triunfado luego por la noche: a todo el mundo le ha encantado (incluso desconocidos-ahora-conocidos!).
Mi nuevo bolso! La foto ya es desde casa... |
Me ha encantado ese edificio (el altísimo), que parece de película de ciencia-ficción |
Meatpacking |
La zona de sofás de masaje para la pedicura- y una niña a mi izquierda |
Port Authority y en Madison Square Garden |
Empire State Building |
Diferencia Downtown vs Uptown El primer edificio, de los que odia mi abuela con escaleras de emergencia por fuera |
La ciudad está LLENA de estos locales. ¡No entiendo el negocio! |
A las 9.30 había quedado en Jazz Standard con María y con Stephanie, que iba con amigos suyos. Avisé a José. En teoría teníamos que comprar la entrada online, pero estaba todo vendido. Aún así, José y yo, que eramos los que no teníamos entrada, decidimos intentarlo de todos modos. Nos apuntamos en una lista de espera, nos fuimos a tomar una copa y al volver, lo conseguimos. Mientras esperábamos a entrar, vimos una pareja. Tenía pinta de ser una cita horrible. Él iba dando tumbos del pedo que llevaba. Ella me daba un poco de pena, se estaba despidiendo y yo no entendía muy bien en qué momento le podía gustar algo así. José decía que si eso era una cita, que menudo impresentable.
No sabemos si eso era una cita, pero el impresentable resultó ser el pianista al que íbamos a ver: Benny Green. Queda patente que no me las puedo dar de entendida: no tenía ni idea de quién era, pero la verdad es que el plan moló. Tocaba increíblemente bien... increíblemente, no sólo por lo borracho que iba. El plan estuvo genial, además se podía comer y beber en la mesa en la que estabas sentado, pero todo en silencio para disfrutar de la música. Al terminar el concierto, alguna copa más y ya pudimos hablar con los amigos de Stephanie. A la salida del local, nos volvimos a cruzar a Benny. Entre lo que se estaba fumando y el Jack Daniels que llevaba en el cuerpo... yo ya no sé cómo acabaría las siguientes dos sesiones que le quedaban por delante esa noche.
No se podía hacer foto durante el espectáculo, así que éstas son las únicas que pudimos hacer! María |
José |
Los posavasos... Así estaba tan a gusto el pianista borracho. |
De ahí nos fuimos a Beauty Bar, en la 14th entre la 2nd y la 3rd. Era una discoteca en una especie de peluquería de los años 50-60 y con música de los 80. Raro, pero divertido para un rato. Me he fijado en que hay un porrón de lesbianas. Durante un momento he pensado que lo mismo era el outfit, que me despistaba, pero luego he visto a unas abrazarse y ya creo que definitivamente lo eran. A mí no me podía importar menos, pero en Madrid no se ve normalmente y por eso me ha sorprendido un poco. Luego María me lo ha confirmado: una la había mirado con ojos golosones. Después de unos cuantos bailes, José y yo estábamos ya dispuestos a irnos. Tras despedirnos, estábamos saliendo del bar y me ha llamado Trotxi: estaba saliendo del restaurante en el que había cenado con su novio y se dirigían a una fiesta en el Upper East Side, de unos españoles.
Martinis y manicura en el sitio... |
José y yo nos hemos reanimado y, después de ir a una tienda a comprar algo para no ir con las manos vacías y casi palmar de congelación para coger un taxi, nos hemos plantado ahí. Al llegar... nos hemos dado cuenta de que eso de Upper East tenía poco. Era la 110th. No hemos sido plenamente conscientes de dónde estábamos hasta más adelante. Ahora lo explico...
Al llegar, no sabíamos muy bien qué casa era. Llegaron unos españoles y ya nos unimos. No nos abrían la puerta al llamar y no parecía que hubiera ninguna fiesta. Llegó Trotxi y en efecto, la fiesta había acabado.
"-¿Dónde vamos?"
"- Donde sea: hace frío."
"-Estos están en x sitio".
"- Donde sea: hace frío."
Vamos andando y al llegar vemos una ambulancia. Una tía amiga del de la casa, que está con el de la ambulancia, nos dice que nos ve demasiado arreglados, pero que allá nosotros. Bien para empezar. Subimos y, como diría mi profesora de química del cole, con acento de Jaén, "aquello parecía un safari". No, no era el Upper East: era East Harlem!!! Estábamos en un antro infecto. Bash en Madrid era Buckingham Palace en comparación. No exagero un pelo cuando digo que las tías parecían prostitutas (de las muy gordas y feas) de bar de carretera y los tíos estaban totalmente puestos, y eso que yo no me suelo dar cuenta de eso. A todo esto, yo con el abrigo negro largo y mi bolso monísimo de Lulu Guiness. No he hecho foto, porque me ha dado miedo sacar el móvil, con eso digo todo. José si ha hecho un video de un rap de unos, cuando lo tenga lo subo (da miedo). Trotxi, la pobre, me ha pedido mil disculpas y al cuarto de hora, José y yo nos estábamos volviendo a casa.
En los dos minutos que hemos tardado en coger un taxi, yo ya me había sacado todo del bolso y me lo había metido en los bolsillos del abrigo, por si nos atracaban. Y yo normalmente no soy una miedica, pero esto era real, de miedito. Una monada!
Además, estoy un poco mosca porque no me ha funcionado la tarjeta en el super donde hemos comprado las coca-colas (que José ha dejado en una tienda para que nos las guardara antes de subir a ese antro, chico listo) ni en uno de los taxis. Como me quede sin tarjeta española antes de cobrar aquí, MAL.
Me voy a la cama a la vista del éxito... Trotxi, quedar contigo siempre promete aventura ;)!!!!
No te puedo dejar sola! Voy a tener que volver...
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