Estoy en el aeropuerto, frente a la puerta de embarque.
Esta semana ha estado muy bien de trabajo. Teníamos un proyecto medio complicado y yo justo me voy hoy, así que tenía que adelantar todo lo que pudiera.
Antes de salir de la oficina, me he despedido de Fatiha y Jean-Charles, del desk belga. Esta era su última semana.
He salido con cuatro horas, contando con una de trayecto, para estar aquí con tres horas. Un poco tarde para decidir que es la última vez que vengo con tanta antelación.
Dato a tener en cuenta: las tarifas de taxi han subido un 17%, así que me han dado un palo: $68 con propina.
Al ir a facturar, mi nombre daba error. Para variar, lo de "de ... Cubas" les confunde. O tener dos apellidos, ni idea. El caso es que les da error y no he podido facturar con la máquina.
La bruja que me ha atendido me ha dicho que llevaba sobrepeso. En ese momento, me he acordado de cuando esta mañana me planteé llevar los zapatos en una maleta aparte... y deseché la idea. He abierto la maleta delante de su mostrador y he empezado a sacar zapatos. Unos los he metido en el bolso y otros los he metido en la funda en la que tenía un bolso en la maleta. Resultado: llevo 7kg de zapatos encima, que pasearé por Nueva York, Dublin y Madrid, porque hago escala.
Para colmo, al llegar al control de seguridad, había un grupo gigante de indios montando una cola tremenda porque eran lentos (o intentándose colar).
Y... lo último. Me voy al bar a tomarme una copa de vino y me dicen que sólo aceptan efectivo en ese momento.
Bueno, voy a respirar. Sólo me quedan dos horas (...) para despegar y otras... mil? para llegar a Madrid.
¡Qué ganas de llegar y ver a todos!
xoxo
Update: Por fin encontré un bar con sillones cómodos. Me siento y le pregunto al de la mesa más cercana si atienden las mesas. No. Me acerco a la barra. Papel diciendo que tampoco aceptan más que efectivo. Le pido al camarero carta de bebidas y me contesta que sólo puedo sentarme si bebo. (Maleducado!). Le digo que ya me imagino pero que le estoy pidiendo la carta. Me repite lo mismo. Diálogo de besugos. Le repito que si me puede decir qué tiene, que quiero consumir.
¡¿Qué sucede?! Me tomo una Blue Moon y paso ya de todo. Ayyy, se me pasarán todos los males cuando pise España :)!
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