He tardado muchísimo en actualizar porque tenía mucho que contar y muchas fotos que subir, pero poco tiempo para hacerlo, así que disculpas.
El jueves (18 de octubre) fui a México. Tuve que madrugar muchísimo y la noche anterior no había conseguido dormir hasta tarde, por las ganas, así que decidí no ir con tres horas de antelación, como solía hacer. Desde que bajé a la calle hasta que estaba sentada en la puerta de embarque, pasaron sólo 1h40m, así que creo que no vuelvo a ir con tres horas.
Los azafatos de Aeromexico eran encantadores, me quedé gratamente sorprendida. Yo creo que es el carácter mexicano, que son amables y serviciales, siempre intentando hacerte sentir a gusto.
Nada más llegar, fuimos a comer con unos amigos de mis tíos a San Angel Inn. Nos sentamos a comer a las 3pm y los últimos en irse se fueron a las 10.30pm. El restaurante es una hacienda mexicana y hay un ambiente fantástico. Comida (riquísima) con copas... una locura... Jimena, la hija de Dulce, nos explicó un poco el origen del mezcal, el alcohol fluyó y... las risas también.
Mi tía Esther y su amiga Dulce
La hermana de Dulce, de cumpleaños
Mis tíos, Alberto y Esther
Mezcal, Pierde almas...
"Otra vez esta maldita felicidad"
Capilla
Mi primo Adriano, Esther y Laura, la novia de Adriano
Nos quedábamos a dormir en un dúplex de Carlos, el amigo de mis tíos, que les había dejado para los días de la inauguración. El viernes estuvimos en la casa por la mañana mientras Esther organizaba temas de la inauguración y después fuimos a las ruinas de Teotihuacán, una de las mayores ciudades de Mesoamérica de la época prehispánica.
Algunas obras de Alberto
Laura, leyendo en el salón
Vista desde la terraza
Vista desde el salón, del Museo Antropológico
Teotihuacán
Michelada
Vistas desde el restaurante (recomendado por la Lonely Planet)
Antes de empezar a caminar, con la primera explicación del guía, me mareé muchísimo y tuvimos que parar. Mal de altura. Estaba en buenas manos... paramos un rato, Laura, que es médico, me estuvo indicando qué hacer y Adriano, el pobre, fue corriendo a por una Coca-cola. Al poco ya estaba recuperada y pudimos continuar.
Adriano, Laura y yo subimos a la pirámida del Sol (a la pirámide de la Luna no se puede subir) mientras Esther nos esperaba abajo con nuestras cosas. A pesar del mareo de antes, me parecía una pena estar ahí y no subir. De todos modos, estaba cuidada con Adriano y Laura.
Visdta desde la Pirámide del Sol
Había una...rara?... meditando/rezando en cada esquina de la pirámide
De vuelta a México DF, fuimos al super.
De vuelta, manifestación... en calzoncillos!
Semáforo bipolar
Tráfico en Avda. de la Reforma
Máquina de hacer tortillas
Ese día, Alberto había conseguido un acuerdo con la Galería de Arte Mexicano, la mejor galería de México DF, así que estábamos todos felices y nos fuimos a celebrarlo. Salimos a buscar un restaurante cualquiera y acabamos, por elección de Laura (que acertó 100%) en Harry's. Todo estaba BUENÍSIMO. De primero tomamos unos tacos de langosta, con mango y cilantro, que eran una locura. De segundo, Esther y yo tomamos atún, cmo sashimi, pero rebozado en algas. Los cocktails estaban también buenísimos... yo tomé de lichis, Adriano de tamarindo (para que yo lo probara), Laura tomó michelada y Alberto de mezcal con pepino. Laura nos estuvo contando anécdotas del hospital y fue, en general, una cena perfecta. Perfecta celebración.
El sábado, Esther y yo fuimos a ver el centro histórico, el Zócalo (plaza mayor) y el Templo Mayor.
Sanborns a la izquierda, un edificio con azulejos para una especie de Corte Inglés
Patio dentro de Sanborns
Sanborns
Paseo por el centro
Esta foto no tiene desperdicio...
Cola para los baños públicos
Esther y yo en el Templo Mayor
Templo Mayor
Museo del Templo Mayor - MUST en Ciudad de Mexico!
¡Atención al look setentero de los arqueólogos en su día!
Maqueta del Templo Mayor
Brasero
Había COLA para las limpias (de espíritu)
Reseña que apareció en Telva este mes (y me envió Tamara por WhatsApp)
Después de la visita, nos fuimos a comer a Dulcinea, un restaurante en Polanco que me había recomendado Óscar, del desk mexicano en Nueva York. Comimos fenomenal. Por cierto, me he hecho absoluta fan del chile habanero.
Cuando terminamos, fuimos a ver a Alberto al Museo Antropológico, que estaba con el montaje de la exposición, "La liturgia de las piedras" que consta de unas 100 esculturas de Alberto y una veintena de piezas de arte prehispánico, cedidas por el museo. La directora del museo se había quedado maravillada con la similitud entre la obra de Alberto y el arte prehispánico (temas, materiales, inspiración, etc) así que decidió hacer esta "comparativa".
Entrada del museo
Ruedas de los campeonatos precolombinos
El campeón (que consiguiera meter la pelota en la rueda -colgada en la pared-, golpeándola con la cadera, en el agujero) sería sacrificado
La rueda que falta está en la exposición de Alberto!
Por la noche, mis tíos no salieron. Adriano, Laura y yo nos fuimos a cenar con José Luis. Conocí a José Luis hace mil años, aprox., en Madrid, justo antes de que él se fuera de Erasmus, a través de mi amiga Nata. Al enterarse de que estaba en México, me escribió por Facebook y quedamos a cenar. Nos llevó a Villa María, mexicano 100%.
Frozen margarita de tamarindo!
Frozen margaritas de maracuyá y limón
¡Gusanos! - Fritos, se mojaban en tequila
Después, Adriano y Laura se volvieron a la casa y me fui con José Luis a tomar una copa a Revés. Mezcal y cerveza... ¡me lo pasé muy bien! Nos reímos bastante... "¡no es ciertooo!!"
Al día siguiente volvimos al Museo Antropológico. Seguían colocando esculturas y había un espectáculo llamado "Corea de Judea", imitando bailes que se hacen como ritual para la cosecha de maíz.
¿La mejor birria de México?
Y de ahí al aeropuerto. Gran viaje, disfrutado al máximo.
Por cierto, justo después de esta entrada (entradas antiguas), ¡está el cuestionario de Laura!
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